El silencio de la noche de una Washington en cuarentena fue roto abruptamente la madrugada de este jueves.
Un hombre armado con un fusil de asalto comenzó a hacer disparos contra la sede de la embajada de Cuba en la capital estadounidense.
El incidente, que fue calificado por La Habana como un "acto terrorista", creó una nueva oportunidad de confrontación en la difícil relación que desde hace más de medio siglo mantienen Cuba y Estados Unidos.
En una declaración televisada, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez Padilla, informó que "no hubo heridos entre el personal de la misión diplomática" al mismo tiempo que vinculó el incidente a la política que el actual gobierno estadounidense ha adoptado hacia la isla.
"Una agresión como esta contra la Embajada de Cuba en Estados Unidos ha sido alentada por la creciente retórica hostil contra nuestro país en que están involucrados de forma pública y sistemática tanto el Secretario de Estado de Estados Unidos como altos funcionarios de ese Departamento a cargo de las relaciones con el hemisferio occidental, incluso la propia Embajada de Estados Unidos en La Habana", dijo el diplomático.
"Crimen de odio"
La sede de la embajada de Cuba se encuentra en el borde del barrio Adams Morgan, una zona conocida por su activa nocturna y por su amplia oferta gastronómica, que en estos momentos se encuentra en pausa debido a la pandemia del coronavirus.
En torno a las 2 de la madrugada de este jueves, los vecinos alertaron a la policía de la ciudad tras escuchar una serie de disparos.
Al llegar al sitio, los funcionarios detuvieron a un hombre que posteriormente fue identificado como Alexander Alazo, de 42 años de edad y procedente de la localidad de Aubrey (Texas).
El incidente está siendo investigado por la policía local y por el Servicio Secreto.
De acuerdo con las autoridades, el sujeto estaba en posesión de un fusil AK-47 y de varias rondas de municiones.
La prensa local señaló que el atacante habría realizado unos 30 disparos contra la sede diplomática.
Según se puede apreciar en imágenes publicadas por la embajada cubana en Twitter, los disparos causaron daños en algunas paredes y columnas y en una lámpara.
En su declaración, Rodríguez Padilla dijo que al momento del ataque había en las instalaciones una decena de funcionarios y diplomáticos.
Un informe policial sobre los hechos, citado por la agencia AP, señala que se trata de un "posible crimen de odio".
La policía acordonó la zona la noche del jueves en Washington tras los disparos.
El caso también está siendo investigado por el Servicio Secreto de EE.UU., encargado de la protección de las sedes diplomáticas.
De acuerdo con una declaración de una portavoz de ese organismo, el detenido fue arrestado "por estar en posesión de un arma de fuego y de municiones no autorizadas:, por asalto con intención de matar y por posesión de un cargador de alta capacidad".
Hasta este jueves por la tarde, sin embargo, las autoridades no habían informado cuáles fueron las motivaciones del ataque.
"Enérgica protesta"
Rodríguez Parrilla dijo que había convocado a la Encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, Mara Tekach, para exigirle el esclarecimiento urgente de los hechos y garantías de que ni se repitan ni queden impunes.
"Le expresé nuestra más enérgica protesta por la grave agresión terrorista perpetrada contra la Embajada de Cuba", dijo.
"Le pregunté cómo reaccionaría el Gobierno de Estados Unidos ante un ataque como este a cualquiera de sus embajadas", agregó el canciller, quien aseguró que el gobierno estadounidense no se había puesto en contacto con el de Cuba ni había emitido ninguna declaración oficial sobre lo ocurrido.
Kim Jong-un: ¿quién podría asumir el poder en ausencia del líder de Corea del Norte?
Kim Jong-un no ha sido visto en público durante más de dos semanas.
Fuera verdad o no que ha estado al borde de la muerte, lo cierto es que la ausencia pública de Kim Jong-un ha llevado a muchos a preguntarse quién podría sucederlo al frente de Corea del Norte.
La BBC conversó con analistas sobre los posibles candidatos y si la historia estaría de su lado.
Un hombre de la familia Kim siempre ha estado a cargo de Corea del Norte desde que Kim Il-sung fundó el país en 1948, y la mitología de esa familia se extiende profundamente por toda la sociedad.
La propaganda sobre su grandeza se impone en la ciudadanía desde antes de que puedan leer: los preescolares entonan una canción llamada: "Quiero ver a nuestro líder Kim Jong-un".
Así que, ¿cómo se podría imaginar un Corea del Norte sin esta figura simbólica y política al mando? ¿Cómo se organizarían las élites y la sociedad en general?
Siempre ha habido un Kim...
Cuando Kim Jong-un estaba siendo preparado para asumir el poder, se empezó a utilizar el término "linaje Paektu" para ayudar a legitimar su liderazgo.
Paektu es la mitológica montaña sagrada donde supuestamente Kim Il-sung lideró una guerra de guerrillas y donde cuentan que nació Kim Jong-il. Kim Jong-un todavía la visita cuando quiere hacer énfasis en sus importantes decisiones políticas.
Siempre ha habido un Kim en el corazón ideológico del país.
¿Cómo sería Corea del Norte sin heredero? Se cree que Kim Jong-un, de 36 años, tiene hijos, aunque son demasiado jóvenes. Se estima que tiene tres, el mayor, de 10 años, y el más pequeño, de 3. El propio Kim Jong-un fue considerado joven cuando asumió el poder a los 27.
Probablemente surgiría algún tipo de agrupación de líderes, tal vez como en Vietnam, que se apoya fuertemente en las enseñanzas y legitimidad de su fundador para sustentar su propia posición.
Los observadores pueden rastrear quiénes ostentan ciertos puestos clave y seguir las noticias y fuentes de inteligencia sobre las instituciones importantes, pero realmente no pueden saber cómo se están desarrollando las facciones, ni quien ha acumulado poder a través de lazos personales en lugar de institucionales.
Además, algunas veces los subdirectores y encargados ejercen mayor poder real que los jefes titulares de las instituciones. Esto hace que las predicciones sean muy difíciles de hacer.
Los tres Kim que quedan
Hay tres miembros de la familia Kim que potencialmente podrían involucrarse en la composición política de Corea del Norte si Kim Jong-un llegara a desaparecer. Todos enfrentan obstáculos en continuar con el gobierno de la familia.
La primera es Kim Yo-jong, la hermana menor de Kim Jong-un. Se dice que era la favorita de su padre, quien comentaba sobre su precocidad y su interés en la política desde temprana edad.
Su estilo es eficiente, delicado y, se podría decir que es bastante observadora. Mucho se ha señalado la cercanía que tiene con su hermano. Durante la cumbre entre Trump y Kim en Singapur se destacó cómo estuvo a la mano para entregarle la pluma con la que Kim Jong-un firmó el acuerdo. Y en la siguiente cumbre, en Hanói, se la vio asomándose entre bambalinas cuando su hermano posaba para fotos formales.
Sin embargo, no estuvo exenta de ser degradada después de la cumbre de Hanói -supuestamente por el colapso de la misma cumbre, aunque eso nunca podrá ser confirmado.
Ella no forma parte del principal ente legislativo del país, la Comisión de Asuntos de Estado, aunque es miembro suplente del Politburó y subdirectora del Departamento de Propaganda y Agitación (DPA) del Partido de Trabajadores de Corea. Esto podrá sonar como un acrónimo incomprensible, pero DPA es una poderosa organización que garantiza la lealtad ideológica del sistema.
Pero es mujer y eso hace difícil imaginar que pueda ocupar el principal puesto en un país tan profundamente patriarcal.
Corea del Norte es un Estado extremadamente orientado hacia lo masculino, en el que el género acarrea expectativas rígidas. Ser la líder suprema y, ciertamente dirigir el ejército, no cabe dentro de la gama de deberes de una mujer.
El segundo es Kim Jong-chul. Él es el hermano mayor de Kim Jong-un, pero nunca ha aparentado estar interesado en la política o el poder. (Se le conoce por su interés en el músico británico Eric Clapton).
Como mucho, podría representar un vínculo simbólico con la familia Kim: tal vez podría ser nombrado jefe de una fundación y designado para leer uno que otro discurso.
El último es Kim Pyong-il, el hermano medio de Kim Jong-il. Su madre -madrastra de Kim Jong-il- intrigó para que fuera el sucesor de Kim Il-sung. No lo logró y fue marginado a medida que Kim Jong-il ascendió en influencia.
Kim Pyong-il fue enviado a Europa en 1979, donde ha fungido varias veces como embajador. Apenas regresó a Corea del Norte el año pasado, lo que significa que es poco probable que haya desarrollado la red necesaria para ser una ficha importante en la élite política de Pyongyang.
El segundo hombre más poderoso de Corea del Norte ahora mismo
Hay otras personas que han jugado papeles centrales en la era de Kim Jong-un, pero es difícil saber quién de todos podría formar relaciones de cooperación y pudiera competir con los otros.
Uno es Choe Ryong-hae. Él ha tenido sus altibajos en la administración de Kim Jong-un, pero después de sobrevivir unas tormentas, actualmente preside el Politburó y es el vicepresidente de la Comisión de Asuntos de Estado.
El año pasado se convirtió en el primer nuevo presidente en 20 años, en reemplazo del anciano Kim Yong-nam -así que es la persona que representa al país en las participaciones internacionales.
Choe también ha ostentado altos cargos en el ejército y en el Departamento de Organización y Guía (DOG) del Partido de los Trabajadores de Corea, responsable de mantener la lealtad a través de todo el régimen.
Esta es una organización muy poderosa: exige la adherencia de todos los ciudadanos a la ideología de Corea del Norte. Él es probablemente el segundo hombre más poderoso del país.
Los viejos jefes espías y los ascendientes políticos ilustres
Otro es Kim Yong-chol. Este general allanó el camino para las cumbres entre Trump y Kim, reuniéndose varias veces con el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo.
Ha encabezado el Departamento del Frente Unido (responsable de las relaciones con Corea del Sur) y el Buró General de Reconocimiento, el principal servicio de inteligencia del país. Parece haber sufrido una degradación tras el colapso de las conversaciones con Estados Unidos, pero es poco probable que este jefe de espionaje se mantenga entre las sombras por mucho tiempo.
Kim Yong-chol viajó a Washington para reunirse con Donald Trump.
Y uno más es Kim Jae-ryong. Además de conformar la Comisión de Asuntos de Estado, es el jefe de Gabinete, un puesto de moderada influencia. Se sabe relativamente poco sobre él, pero su estrella ha ido en ascenso en años recientes mientras otras han caído.
Se le conoce por gestionar industrias y administrar durante varios años la provincia más aislada del país, que alberga sitios clave de fabricación militar e industrial. Esto puede significar que ha estado muy vinculado al programa nuclear.
Jong Kyong-taek es responsable del Departamento de Seguridad del Estado, que investiga y castiga crímenes políticos. También apoya a la protección física de los líderes. Estas son responsabilidades cruciales que ayudan a garantizar la estabilidad del sistema.
Hwang Pyong-so es otro funcionario que ha ocupado altos cargos militares y administrado el DOG durante la era de Kim Jong-un. Como Choe (y muchos otros) ha sido disciplinado; sin embargo, no parece haber sido rehabilitado de la misma manera. Otras figuras sólidas de la política exterior de los años 2010, Ri Yong-ho yRi Su-yong, también han visto sus responsabilidades decaer recientemente. Fueron reemplazados por Ri Son-gwon y Kim Hyung-jun. Se dice que el primero es un aliado de Kim Yong-chol.
La cúpula militar
Un puñado de altos generales del Ejército Popular de Corea (EPC) también ejercerían influencia durante un período de transición. Actualmente, hay dos hombres en la cima del Buró Político General del EPC, Kim Su-gil y Kim Won-hong. Este buró garantiza la lealtad política de las fuerzas militares, algo que sería absolutamente crucial durante períodos de incertidumbre.
Entre la élite principal, ¿quiénes se enfrentarían y quiénes formarían alianzas? ¿Habría facciones pro y anti Kim Yo-jong (la hermana de Kim Jong-un)? ¿Podría el temor a la inestabilidad evitar el recrudecimiento de las rivalidades? Después de todo, no está en el interés de ninguna de estas élites que el Estado colapse, abriendo el camino a que sea absorbido por Corea del Sur o hasta por China.
En estos momentos no hay un contendiente perfecto: su hermana tendría que superar el sexismo y romper la tradición de un heredero varón. El resto no son descendientes directos del indispensablemente importante linaje Paektu, pero el final de cuentas, tendrán que considerar la unidad del estado para cuya preservación han desafiado todas las normas internacionales.